miércoles, 30 de marzo de 2016

Descúbrete a tí mismo

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Mucho de lo que eres proviene de un pasado que olvidaste. El ego se construye a través de la adquisición de conocimientos, creencias hábitos y experiencias. No tomar conciencia de eso te hace pensar que eres eso que has venido experimentando. Descubrir la existencia del ego, el “yo” impuesto por el medio, es un primer paso en la toma de conciencia que hace despertar lo que permanecía dormido. Hasta entonces podías ser más o menos feliz, pero la conciencia es la presencia de lo que eres. Allí tu mente se conecta con su fuente espiritual y puedes elegir por ti mismo.¿Elegirías volver a vivir tu vida? 
¿Tu carrera te brinda dinero pero no satisfacción? ¿Seguiste un mandato familiar, no estás conforme y lo pones en duda?  Para relacionar satisfacción con la vida y el trabajo con la felicidad, la Universidad Siglo 21 hizo una investigación que determinó que no existían diferencias por sexo o edad y que tenía que ver más con que si el trabajo desmotiva o si te sientes orgulloso y le aportas toda la dedicación. El trabajo influye en la felicidad porque le volcamos la vocación, que es nuestro mayor aporte a la sociedad. A veces pasamos más tiempo allí que en el hogar. Y no esperamos sólo dinero sino reconocimiento y si no se da, la frustración anula el deseo. Sin embargo, por temor, nos aferramos a lo malo conocido porque lo desconocido nos asusta. No es fácil cambiar, pero por ese temor también se paga un precio enorme. No cambiar también tiene sus riesgos ¿Quieres dar un golpe de timón? ¿Te animarías a hacerlo? ¿Estarías dispuesto a volver a empezar?
Tomar las riendas. Si tu mente no abreva en su fuente carece de señales que la orienten, el ego vaga errante, tus emociones se disocian y los éxitos son fugaces. En cambio ancladas al espíritu te brindan la sensación de unidad, amor, integración y paz. La libertad  puede operar mal y originar un ego dividido. Fabricas una prisión que te esclaviza y te aleja de tu verdadero ser. Esa moral se basa en premios y castigos y te lleva a crear una identidad (ego) que te permite desenvolverte socialmente, aunque sientas que todo es mentira y experimentes la ausencia del amor.
El radar o la brújula. Dejar de juzgarte y valorarte desde afuera, de imitar a la moda o a los ricos y famosos inicia el proceso de cambio. Hasta aquí no usabas la brújula sino un radar. Todo lo que daba sentido a tu vida estaba afuera, desde donde se regulaba tu existencia. Al perder la conciencia de la verdad, actuabas en piloto automático. Esto te generaba vulnerabilidad, dependencia,  reactividad e irritación.
Al ego hay que conocerlo y aceptarlo, toda pelea desgasta.  Debes agradecerle el haberte construido: ha sido y es muy útil. Ha puesto energía y dedicación. Hay que entender  para qué sirvió y para qué no. En qué facilitó las cosas y en qué te las trabó. Debes aprender a cambiarlo, después de todo el ego es una construcción. Fue una construcción inconsciente y automática, hecha sin haber prestado la debida atención.
Volver al pasado. Hay deseos enterrados por los muchos peligros que acechan a tus sueños más preciados.  Son las críticas de los demás, las falsas expectativas, la falta de apoyo o de información. La buena noticia es que tus anhelos no han muerto, están esperando que los reactives.
Debes averiguar qué es lo que  te detiene y ver la forma de romper el bloqueo. No es una tarea sencilla porque van a aflorar mecanismos de defensa psicológicos contra el cambio. Es como si tuvieras dentro de ti a tu peor enemigo.
Debes aprender a seguir tus deseos.  Empieza por hacer aquello que te produce alegría sin herir a nadie, sin afectar tu seguridad, o renunciar a lo importante. Lo que no se usa se pierde por eso no debes postergar el cambio. El ejercicio de vivir tu sueño lo mantiene vivo, lo reanima y lo fortalece cada día. El viaje hacia tus sueños incumplidos debes comenzarlo ahora mismo. Una operación diferida suele ser una operación perdida.
Al levantarse a la mañana observa qué es lo que te ocurre ¿Sabes lo que quieres o repetirás una rutina? Saltas ilusionado de la cama o te deprimes pensado que este será un día más. Las personas más felices son las que saben lo que quieren y creen que van a conseguirlo.
El miedo a la libertad. La libertad te ofrece demasiadas opciones, es maravillosa, pero te obliga a tomar tus propias decisiones. Pero la necesidad de sobrevivir o vivir de algo termina muchas veces con tus sueños. Dejas que la necesidad te guíe en vez de que tu sueño sea el que cree tus metas.
Siempre aparecen voces internas represoras de tus deseos.  De niños recibes el mensaje de lo que esperan de ti, muy pocos te decían que hicieras lo que querías. Te adiestraron pero no te escucharon ni respetaron tus sueños. Amor y respeto no son la misma cosa. Lo que debes hacer es eso que te llena de júbilo.  El que hace lo que le place se destaca.  La suerte proviene de la acción y no de la intención. La acción ayuda aunque te lleve a equivocarte, porque experimentas los resultados y así aprendes haciendo. Si tuvieras que saber antes de hacer seguramente no harías nada.
Las resistencias al cambio. Todas las personas importantes aparecieron porque hiciste algo, y tener un plan te impulsa a conquistar el objetivo. Pero busca que el plan se acerque a tu deseo. Logra que tu nariz apunte hacia lo que quieres, que tu deseo sea el imán de tus actos. Sin explorar el deseo no aparecerá.  Pero hay algo que te detiene. Y aparece en cuanto te pones en marcha, es la resistencia que te dice que los obstáculos serán infranqueables. Pero actuar te hará reflexionar, mejorará autoimagen,  te hará generar nuevas oportunidades y agudizará tu instinto animal.
Ir a lo seguro. Conoces gente que lleva una vida apasionante, pero no es tu caso, tú prefieres la seguridad del empleo. Obras con cautela y no te animas a pegar el salto. Ten presente esos momentos en los que te falta valor y piensas en la seguridad para tranquilizarte.
Para que tu vida despierte debes ir detrás de tu deseo. Dices que no puedes correr una aventura pero igual te asalta el fantasma de la huir de esto.
Son sueños escapistas, no verdaderos sueños. Y confirman tu tendencia a ir a lo seguro. Son sueños ligeros y sin profundidad, los sueños verdaderos te conmueven porque emanan de tu genio interior. Los escapistas se prestan a la divagación, pero son los reales los que te asustan aunque no sean de riesgo, y entonces aparecen las excusas.  Si dejas volar tu fantasía sentirás que tu corazón late. Dedícale una hora al día.
Aprender y crear son cosas arriesgadas, te acercan a lo nuevo y lo que has hecho es evitarlo. Cuando incorporas el hábito de ver lo nuevo todo cambia. Incluso tu familia colabora, te dejan hacer y hasta tus hijos colaboran preparando su comida. El lema puede ser: “en esta casa todo el mundo consigue lo que quiere”. Renuncia a algo para hacerte de tiempo. Halla la razón que te produce miedo. La voz interior apela a la seguridad pero todos somos de alguna manera vulnerables. Lo mejor es dar pasos cortos, eso hará que las defensas no se enteren del cambio. Al sentirte cómodo darás luego otros más audaces. Empieza por cambiar tus comportamientos habituales. Haz una lista de cuáles serían necesarios. Algunas personas logran grandes logros sin abandonar sus empleos habituales. Einstein era empleado en una oficina de patentes y le gustaba su trabajo.
Miedo al éxito. No siempre retroceder es algo malo, muchas veces es un intento deliberado de evitar que funcione la ley de Peter, la  que dice que una persona es ascendida a su nivel de incompetencia. A ese tipo de éxito debes tenerle miedo. El miedo equivocado es el que sientes al imaginarte como un  triunfador en lo que deseas. Puede ser que actives un mandato familiar o porque prefieres esperar a un salvador que te rescate.
Tienes demasiadas opciones. Eres bueno para varias cosas y eso te confunde.  Puedes ser una de esas personas a las que les atrae mucho lo nuevo o por el contrario de las que gustan profundizar en algo. En el primer caso tienes que organizarte para actuar en forma sucesiva en el tiempo.
Si te enfurece la rutina estarás dispuesto a realizar un doble esfuerzo para lograr el cambio. Advierte que aun las personas que viven vidas extraordinarias deben realizar también las tareas ordinarias. No las consideres injustas, vergonzosas o humillantes porque  eso te lleva a la inmovilidad y a descuidar tu calidad de vida.  Einstein no se sentía humillado por trabajar en la oficina de patentes. Y para eso hay que tener paciencia. Y quizás lo que pase es que no haces lo suficiente para triunfar. El furioso siempre buscan alguien que lo rescate y así se prohíbe a sí mismo conseguirlo. Es como un niño de dos años enojado, que llevas dentro de ti y que quiere imponerse a toda costa. Realiza una limpieza a chorro para llegar al origen  de tus sentimientos. El niño no podrá solucionar las injusticias pero te abandonará y te permitirá así realizar tus sueños. Lleva al adulto que eres hasta el rincón de su infancia. El furioso debe hacerse adulto. Debes aprender a planear y a disfrutar de lo que deseas y no a que el éxito llegue por casualidad. Lo opuesto a la rabia es la paciencia, pero el que espera desespera.
Arenque ahumado. Hacérselo oler a un sabueso es la forma de hacerle perder el rastro. En tu vida personal significa introducir una pista falsa que cambie tu atención y que te aleje de tu sueño, al tornarlo supuestamente imposible. El corazón tiene razones que la razón no entiende. Debes seguir luchando no dejes que una razón te diga lo contrario de lo que sientes.  Las razones te llevan a conclusiones pero son las emociones las que producen tus actos. Es un sistema de supervivencia que tiene miles de millones de años. Nunca te alejes de lo que deseas aunque te parezca inalcanzable. Comienza por ordenar tus prioridades.  Si tienes hambre debes comer, si tu mente está vacía debes aprender. En todos los casos debes hacer algo para obtener resultados. Analiza cuando algo se acaba, puede ser una pista falsa. Lo que parece terminado quizás todavía puede renacer. Examina de nuevo la cuestión, antes de abandonar un sueño debes prescindir de tu orgullo y dejar que hable tu corazón.
El orgullo es un pobre sustituto de una dignidad sincera y abierta y es una admirable fuerza interior que debes usar. No aceptes demasiado pronto dejar el barco. No hables con resentimiento, usa el sentido común. Cómo ejercicio de imaginación busca 10 razones por las cuáles no es posible.  No podré porque: …. Escribe tus razones. La negatividad tiene más poder cuando se oculta dentro de ti.
No falles al planear o planeas fracasar.  Fíjate en qué errores fuiste cometiendo que te llevaron a esto, ¿te comportaste como una máquina? No renuncies demasiado pronto, ya sea a un amor no correspondido o a una relación de padrinazgo.  Puedes cambiar al otro si insistes.  Sentimientos heridos por comentarios tontos, sensaciones confusas que llevan a errores corregibles. Diseña tu plan de acción.
Crea tu grupo de éxito. Si estás solo quizás no puedas avanzar demasiado, la reflexión conjunta ayuda a aclarar las ideas y recibir otras impensables para el que está con el problema encima. A la gente le encanta ayudar a quien quiere superarse.  No importa de quien sea la idea siempre que no sea siempre de uno mismo. Prepara la reunión con gente diferente, a veces un extraño puede ser muy valioso. Expone tu situación y pide sugerencias. Primero que llegue la tormenta de ideas y luego la censura que haga pedazos cada idea.
Lista las ideas, no hay sugerencias sin mérito. Cada uno puedes ser sujeto de una tormenta y de su posterior censura. Has ido construyendo tu grupo operativo de apoyo, podrás consultarlo en la puesta en práctica de alguna de las ideas, traducida ahora en objetivo. Consulta a tu grupo en forma concreta cada vez que sea necesario. Cuando plantas una semilla en tu jardín no te quedas esperando que germine, tienes que llevar acabo alguna otra actividad. Un segundo objetivo te hará más paciente. Siempre cuenta con tu grupo de éxito. La esperanza es lo último que se pierde y hacer algo en su dirección hará tu vida más agradable. Y si por algún motivo fracasa, quien te quita lo bailado y lo aprendido. Con un corazón fortalecido reflotarás nuevos sueños. Cuando una puerta se cierra se abre un portón. Al corazón no le gustan las tareas inconclusas ni los abandonos prematuros, cuando hayas jugados todas las piezas, recién podrás decir el juego ha terminado y tu corazón se sentirá libre para empezar de nuevo.
El comienzo es importante. En la desdicha se pueden cerrar los ojos, inspirar y percibir la presencia que se oculta, enfocar la atención en el presente, ver que las cosas no son como parecen. Así aparecen dos presencias. Descubrir cuál es falsa es el principio. No hay que correr, sólo es cuestión de observar y tomar conciencia. De pronto descubre con cuál pierdes la identificación y la abandonas. La mejor forma es que caiga como caen las hojas secas. A las hojas secas se las lleva el viento. Las técnicas de meditación permiten desprenderse de esa construcción y lograr otro estado de consciencia. Pero es difícil desprenderse del ego, hay que dejar de ser su víctima y aprender a manejarlo.
Conócete a ti mismo. Construir la verdadera identidad consume energías pero es peor la falsa identidad, asumir como propios planes ajenos, eludir compromisos, diferir la solución y caer en la parálisis por exceso de análisis. Para evitar que, como dijo Rousseau: el hombre nazca libre y sin embargo por todas partes se lo encuentre encadenado, hay que dominar la metodología que te permite convertirse en el arquitecto que diseña su propio destino. El creador innovador es el mejor imitador de Dios en la tierra. Aprende a convertir tu espíritu en materia. Atrévete a triunfar.
Dr. Horacio Krell CEO de ILVEM, mail de contacto horaciokrell@ilvem.com

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