sábado, 27 de febrero de 2016

Amor y Humor en la Educación

http://jccubeirojc.blogspot.com.uy/2016/02/amor-y-humor-en-la-educacion-alonso.html 

He tenido la oportunidad de leer el libro de Alonso Pulido, ‘Amor y Humor en la Educación’. Alonso es un sevillano de Dos Hermanas, nacido hace 42 años, que tuvo éxito trabajando por cuenta ajena y como empresario, pero a quien no sentirse a gusto con lo que hacía le costó crisis de ansiedad (cinco visitas a urgencias por taquicardias) y una posterior depresión que le tuvo en un sofá un año entero. Salió de aquello como el ave Fénix y decidió darse a los demás, a niñ@s , madres/padres y profesores, poniéndose un chaleco multicolor que nos devuelve a tod@s a la infancia y nos remueve la consciencia a base de bien.
Me gusta su método. Nos anima a gritar “me lo llevo” (y con la mano derecha “llevarnos la idea al bolsillo) cuando cualquiera de sus lecciones queremos aplicárnoslas, nos recuerda que cuando nos preguntamos “¿quién soy?” llevamos el dedo índice no a la cabeza, sino al corazón, nos propone decir “merece la alegría” y no el desgraciadamente habitual “merece la pena”, define el Ahumor (Amor & Humor) como la utilización de la mente a nuestro servicio (gratitud, apertura, cariño, servicio, escucha). “La escuela no debe sólo enseñarnos a ganarnos el pan, sino a disfrutar de cada bocado”. Mirar a los ojos para sentir de corazón a corazón (“quien no me mira no me siente”), utilizar conscientemente las palabras positivas, elegir cómo vivir la vida, liderar mediante el ejemplo (“Si quieres que sonría, sonríe; si quieres que baile, baila; si quieres que sea feliz, sé feliz”), saber que la persona más importante del mundo eres tú (me ha recordado las instrucciones de seguridad en los aviones: ponte primero la máscara de seguridad para después ponérsela a tus hijos), afilar el hacha, que verdader@s expert@s determinen tu valor, saborear el silencio, estar “presente” como un regalo de la vida, pensamiento positivo de verdad (¿Buena Suerte? ¿Mala Suerte? Será para bien), sonreír (“un día que no sonríes es un día perdido”, Chaplin), amar con la emoción y con el cuerpo (“el gesto de amor que no realizas, no existe”). “Enseñar es aprender de nuevo”. “Todo parece imposible, hasta que se hace” (Nelson Mandela). “Todos somos unos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar a un árbol, vivirá su vida entera creyendo que es un inútil” (Albert Einstein).
Gracias, Alonso, muchísimas gracias. Tu sabiduría no es por generación espontánea, evidentemente. En la bibliografía, te refieres a grandes maestros como Eric Rolf (‘La medicina del alma’), José María Toro (‘Educar con corazón’), Wayne W. Dyer (‘Tus zonas erróneas’), Eckhart Tolle (‘El poder del ahora’), Jorge Bucay (‘Cuentos para pensar’), Deepak Chopra (‘Las siete leyes espirituales de nuestra vida’), Miguel Ruiz (‘Los cuatro acuerdos’), Masaru Emoto (‘Mensajes del agua’), Luz Albor (‘Cuando el corazón se expresa’), Guillermo Castillo (‘Filosofía para una vida zen-si-ya’), Carlos González (’23 maestros, de corazón), Cristian Herrera (‘Método R.I.S.A.’) y Enrique Simó (‘El regalo de la paz’). ¡Qué equipazo! Así es segura la remontada hacia la alegría y la felicidad.

En la dedicatoria de su libro, Alonso Pulido me apunta que nos seguiremos encontrando en los escenarios de cualquier lugar del planeta. Es seguro, porque ya me tiene como fan. Por cierto, ¿por qué le llaman “Áryuna”? Como sabes, es uno de los héroes del poema hindú MajaBahrata. Quiere decir, “claro como el amanecer”. Áryuna era un excelente arquero, arquetipo de una persona íntegra y equilibrada. Una mente sana en un cuerpo sano, un combatiente contra la oscuridad. Como Alonso, con su mujer Rocío y sus hijos Miguel y Rocío, maestr@s de vida para quienes cumple su propósito.

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