viernes, 27 de noviembre de 2015

80% Positivo, 20% Crítico. Así es como debes hacerlo

http://notasaprendiz.weebly.com/blog/80-positivo-20-critico-asi-es-como-debes-hacerlo 

"La crítica, al igual que la lluvia, debe ser delicada para que nutra el crecimiento de una persona sin que destruya sus raíces" —Frank A. Clark

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Los seres humanos tenemos una fuerte predisposición a fijarnos en lo negativo que ocurre a nuestro alrededor. Es un mecanismo evolutivo de supervivencia.

La madre naturaleza nos ha programado para que estemos atentos al entorno y reparemos en lo que puede ser una amenaza para nuestra integridad. Si no lo hiciéramos así, hubiésemos sido presa fácil de los depredadores con los cuales habitamos la sabana africana.

Aunque hoy nuestras circunstancias son muy distintas (la probabilidad de terminar siendo el almuerzo de un hambriento león son casi inexistente), seguimos comportándonos como si estuviéramos en permanente peligro.

El gran énfasis que ponemos en las cosas negativas, tiene efectos nocivos en nuestras relaciones, tanto personales como profesionales, lo cual termina afectando la calidad de nuestra vida y los logros que alcanzamos.

Cuando interactuamos con otras personas, nuestra tendencia a fijarnos en lo malo nos lleva a ser demasiado críticos con los demás. Resaltamos sus defectos y los errores que cometen.

El exceso de crítica no sólo nos pone en un estado defensivo, también lastima la calidad de relaciones que tenemos.

Sobre esto escribe Tom Rath en su libro Are You Fully Charged?
Cuando usted experimenta emociones negativas como resultado de la crítica o el rechazo, su cuerpo produce niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, la cual desactiva gran parte de su capacidad para pensar, también activa mecanismos de defensa y de agresión. El análisis que hacemos de las circunstancias es más negativo de lo que realmente es cuando estamos en este modo de lucha o huida. El cortisol puede ser liberado de manera continua, extendiendo sus efectos negativos si, como ocurre casi siempre, dejamos que nuestra mente siga dándole vueltas al asunto.

Al contrario, cuando experimentamos una interacción positiva, se activa una respuesta muy diferente. Intercambios positivos aumentan la producción de oxitocina, la hormona de “sentirse bien”. La presencia de oxitocina incrementa nuestra capacidad de comunicarnos, colaborar y confiar en los demás. La oxitocina activa las redes en la corteza prefrontal que hacen que nuestros pensamientos y acciones sean más expansivos. Sin embargo, la oxitocina se metaboliza más rápido que el cortisol, por lo que sus efectos positivo son menos dramáticos y duraderos que los de una interacción negativa.

Necesitamos por lo menos de tres a cinco interacciones positivas para superar cada intercambio negativo. Los malos momentos simplemente tienen un mayor peso que los buenos. Si usted está teniendo una conversación cara a cara con un colega, o una discusión en grupo, tenga en cuenta esta sencilla regla: por lo menos el 80 por ciento de la conversación debe centrarse en lo que está marchando bien.

En los lugares de trabajo, por ejemplo, a menudo se aplica esta regla al revés. Durante las evaluaciones de desempeño, los gerentes pasan habitualmente el 80 por ciento del tiempo hablando de debilidades, lagunas y "áreas de mejora"; y aproximadamente el 20 por ciento del tiempo en las fortalezas y los aspectos positivos. Hay que darle la vuelta a esto. Siempre que tengas conversaciones con un equipo o grupo, pasa la mayor parte del tiempo hablando de lo que está funcionando y utiliza el tiempo restante para hacer frente a los déficit.
Una crítica bien intencionada, bien reflexionada y oportuna, es un verdadero regalo. Todos tenemos numerosos puntos ciegos con respecto a nosotros mismos, y en ocasiones necesitamos de otras personas para que nos ayuden a poner luz sobre ellos. De esta manera podemos seguir creciendo y mejorando. Simplemente recuerda que también necesitamos elogio y reconocimiento. ¡Más cariño y menos crítica!

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