miércoles, 27 de mayo de 2015

Emoción Y Oratoria, Perfecta Simetría

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El líder o el jefe debe expresar emociones. Debe comunicar a sus trabajadores lo que es pasión, lo que es pasarlo bien dentro del trabajo.

¿Basta con tener un MBA, un diplomado, un doctorado si no entiendo ni logro transmitir emociones? Estamos seguros de que no.

DE LA ESENCIA DE LAS RELACIONES INTERPERSONALES

En la actualidad no podemos dejar pasar ningún detalle y la materialización de las emociones es clave para el día a día. Sin embargo, las relaciones interpersonales cada vez son más frías, hay menos expresión de los sentimientos y prácticamente todo se realiza a través de la tecnología, lo que nos hace ser menos humanos; nos convierte en robots.Hoy por hoy, la mayoría de los negocios se cierran a través de un correo electrónico y muchas veces las personas no se ven jamás las caras. Esto viene pasando hace al menos unos 15 años. Para qué hablar de los servicios de chat, que si bien nos simplifican mucho la vida, al mismo tiempo nos cosifican en su máxima expresión. Ya nadie se da las manos ni se mira a los ojos, por lo que las confianzas se ven reflejadas en una firma y nada más.
No se trata de convertirse en robots, necesitamos recuperar la relación cara a cara.
No es novedad que en muchas empresas sus trabajadores pasan a ser simples números o un RUT y no existe una interacción real entre compañeros y, muchas veces, entre empleados y jefes no son capaces de saber el nombre o el cumpleaños de quienes tienen a su cargo. Para qué hablar de aniversarios y cumpleaños de los hijos.
No seamos ciegos. No pretendamos cambiar esa realidad, pero sí es fundamental volver a humanizarnos, aunque sea un poco. No todo lo que sucede ocurre frente a un computador o a un celular. A veces los diálogos en el almuerzo o tiempos libres sirven para crear nuevos proyectos, tomar nuevas ideas y más.
Los famosos brainstorming no son un cliché, usémoslos a favor de la empresa, pero también de las personas. No podemos ni debemos dejar la emoción de lado. No por nada las empresas más grandes del mundo le dedican mucho tiempo a esto. Esta tarea es absolutamente de todos y lo debemos tener presente en nuestras vidas. Hablamos de la cosificación de las personas ¿Duro no? Ahondaremos en ese punto ya que debemos tener claro que las relaciones interpersonales en la actualidad son frágiles, superficiales y, a veces, banales. Para muestra un botón: ¿Cuándo fue la última vez que no miraron el celular durante una comida? A todos nos pasa, lo que es gravísimo.
Una reflexión. Cuando estamos de cumpleaños, ¿cuántas veces suena el teléfono al día? Esto ha disminuido considerablemente desde que llegó WhatsApp, Facebook, Twitter o LinkedIn. Antes la gente anotaba las fechas importantes y se daba el tiempo (y la lata muchas veces) de llamar. Ahora en cinco segundos “cumplimos” con el saludo de rigor; otro ejemplo de que somos máquinas y que nos estamos cosificando. Nos ganó definitivamente la tecnología. Entendamos de una vez por todas que las letras con mensajes en redes sociales no  logran expresar sentimientos. No se evidencian emociones, ternura, amor o rabia. El receptor es quien decide cómo tomar el mensaje, por ende, es muy peligroso.
La emoción es inseparable de la oratoria. Antes, hace unos 20 años para atrás, el contacto físico, mirarse a los ojos, compartir una conversación era la única y mejor forma de cerrar tratos, sean de unos pesos o de millones de dólares. El cara a cara y la forma de hablar era muchísimo más importante que un e-mail diciendo “espero tu firma en la notaría X”.Esa forma de comunicación lamentablemente está quedando en el pasado, pero el líder o el jefe debe expresar emociones. Debe comunicar a sus trabajadores lo que es pasión, lo que es pasarlo bien dentro del trabajo, pero no debe hacerlo de manera indirecta, sino en persona.
Las habilidades no tradicionales se trabajan, pero la voluntad es un eje primordial en este importante tema. Sin emoción estamos destinados al fracaso.Estos temas no están obsoletos. Son la esencia de las relaciones interpersonales. La comunicación verbal, la no verbal, los gestos, las miradas dicen mucho de una persona. Eso genera confianza y, al fin del día, todos sabemos que mentir mirando a los ojos es mucho más difícil que hacerlo a través de una pantallita.

EL GRAN CÁNCERDEL SIGLO XXI

Podríamos apostar a que todos los que leen estas clases tienen un smartphone (quizá en su mano en este momento). Les contaremos algo dramático: en Chile, hay más de dos celulares por persona. Estos aparatos son un gran invento; nos facilitan la vida, pero nos atrofian la mente y nuestra capacidad de expresarnos. Para lo que menos se usa el celular es para hablar y eso es un problema sin solución. Ahora un smartphone con una dúper ultra mega cámara, infinitos gigabytes de memoria y más, nos tendió a individualizar al 100% y, repetimos, nos cosificó de manera letal.
¿No encuentran dramático que en una plaza, en un restaurant, en el cine estén todos con el celular en la mano? Bueno, si lo hacemos frente a nuestras familias, imposible que no lo hagamos en las reuniones.¿Qué lección nos deja esto? No estamos comunicando emociones, perdemos ese eje esencial de poder expresar sentimientos de manera real y sincera y no con una pantalla por delante.

HABILIDADES DE COMUNICACIÓN

La comunicación está compuesta por: palabras, tono de voz, lenguaje corporal, la relación entre el emisor (orador) y receptor (público) del mensaje. Todos estos factores están en una constante interacción que definirá finalmente el éxito de la comunicación.Al tratarse de dos o más personas se debe dar un diálogo y, tal como decía Platón, al ser el primero en usar la dialéctica (o arte del diálogo), se deben oponer dos discursos racionales y de esta forma llegar a “la verdad” y encontrar el fin de la comunicación.
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Entonces, repetimos, debemos tener claro que las habilidades de comunicación dentro de una empresa siguen siendo esenciales. Los equipos de trabajos son los que determinan al fin del día el éxito o fracaso de las compañías y eso será así siempre, es algo que no se puede reemplazar. Debemos recordar que por más que los jefes quieran que seamos robots, no lo somos, por lo que el ambiente laboral es clave.
¿A quién no le ha tocado un jefe al más fiel estilo Señor Spock? Ese líder frío y emocionalmente poco humano y cercano. Aquel que está solo dedicado a la producción y que provoca miedo, frustración y rabia por parte de sus trabajadores. Este estilo debemos erradicarlo de nuestra sociedad. Ese tipo de mal llamado líder debe trabajar urgente las relaciones personales y lograr desarrollar habilidades para entregar afecto y empatía a su equipo. En mediano o largo plazo, si no trabaja ese y otros negativos estilos, se está destinado al fracaso, pues nadie aguanta trabajar en un ambiente poco grato y con alguien gritando todo el día.
Por esto hay que aprender a trabajar la percepción, ese mecanismo que ayuda tanto a conocer todo lo que nos rodea como lo interno y propio de cada persona. Y como esencia, hay que asumir que todos somos distintos y, por ende, hay que saber separar y hablar de distinta manera a las personas. No todos perciben lo mismo sobre algo; tener en cuenta esto es clave.
Con respecto a la percepción, se trata de un mecanismo selectivo, pues nuestro organismo no es capaz de tomar todo lo que se está escuchando, leyendo o mirando y, en consecuencia, capta los estímulos que nosotros creamos que son más importantes. Ahí está el grave error, y que pasa a ser involuntario. Nos limitamos a percibir los que son más  vistosos o entretenidos o que tienen que ver más con nosotros y nuestros intereses. Por lo mismo, debemos pedir otras opiniones y no tomar decisiones de manera apresurada, pues la percepción cambia más seguido de lo que todos creemos.
La percepción es un elemento que debe saber manejarse y los ejecutivos, políticos, directores o empresarios deben ser capaces de neutralizar todos los prejuicios que se han adquirido a través de los años y que los han llevado a subjetivizar su percepción para así poder relacionarse sin prejuicios tanto con los trabajadores como con una audiencia.Para concluir la pregunta del millón, ¿basta con tener un MBA, un diplomado, un doctorado si no entiendo ni logro transmitir emociones?. Estamos seguros de que no.  Recuerden que vivimos en y para la sociedad, y la sociedad está compuesta por personas con emociones y sentimientos reales.
Una meditación que todos deberíamos hacer al menos una vez al día es cómo se pueden expresar emociones en nuestra vida cotidiana, dejando el celular de lado. Apliquen esto con los hijos, amigos, familiares y con las personas que los rodean. No es tan difícil, hay que poner de nuestra parte y observar, la emoción llegará sola.

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