lunes, 31 de octubre de 2011

“Las tecnologías son espejos para revisar procesos cognitivos”

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Entrevistas
“Las tecnologías son espejos para revisar procesos cognitivos”

Entrevistamos a Carina Lion, directora del Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía de la Universidad de Buenos Aires. Estrategias didácticas, nuevos desafíos de innovación y modelos de integración, entre los tópicos consultados a la especialista argentina.

“Hay muchas claves para poder simplificar el complejo proceso de incorporación de tecnologías en la enseñanza. Una de ellas es animarse a usar, a indagar, a experimentar. A analizar lo que sucede con los procesos de enseñanza mediados tecnológicamente: qué aplicativos tienen más potencia y para qué, cuál es el sentido de introducir tecnologías en las aulas, cuándo no agrega sino que obstaculiza procesos”, señaló la directora del Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía (CITEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Carina Lion, en el marco de una entrevista realizada por la revista America Learning & Media.

“Otra clave es que las tecnologías pueden ser una puerta interesante para el abordaje de la diversidad cognitiva, los distintos ritmos de aprendizaje y las maneras de aprender. Creo que hoy hay un sentido de la oportunidad, hay una política de Estado que favorece los procesos de inclusión de tecnologías en las escuelas medias (Programa Conectar Igualdad). En este sentido, hay que aprovechar la oportunidad. Sobre todo si enriquece nuestras prácticas”, sugirió la experta, que también se desempeñó como directora de UBA XXI, una de las experiencias de mayor alcance de educación virtual en el ámbito universitario argentino.

“Es cierto que lleva tiempo proyectar con tecnologías, revisar para qué contenidos se aplica, cuando mantenemos currículas extensas. Se trata de pensar qué estudiantes queremos formar. Alumnos, que muchas veces se animan más que nosotros a probar, a errar y a construir sobre el error”, subrayó.

Carina Lion es doctora en Educación de la Universidad de Buenos Aires, especialista en formación de formadores, y licenciada y profesora en Ciencias de la Educación de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Además, es docente en la cátedra y en la Maestría en Tecnología Educativa, de la Facultad de Filosofía y Letras.

¿Qué cambia en nuestras formas de enseñar y aprender la incorporación de tecnologías, principalmente en la educación superior y en la educación de adultos?

Carina Lion: Esta es una pregunta compleja. Hablar de cambio resulta complicado. Lo que sí podemos decir es que hay algunas tendencias que resultan interesantes para repensar la educación cuando se introducen tecnologías en el aula.

En primer lugar, la gestión institucional de las tecnologías, en relación a los modelos de inclusión que se tienen en mente (¿se trata de un laboratorio móvil?, ¿una computadora por niño?), ya que implican decisiones pedagógicas, de espacio y visión, respecto del lugar de las tecnologías en las aulas.

En segundo término, encontramos muchos docentes en educación superior que ya tienen recorridos de acciones con tecnologías. Esto los sitúa en otro lugar para la innovación, para la revisión de sus propias prácticas.

En tercer lugar, estamos pensando en ideas potentes de aprendizaje ubicuo (Burbules) o de aprendizajes invisibles (Cobo). Es decir, del lugar de intersección entre lo que se aprende formalmente y lo que se aprende fuera de las aulas, con el concepto de aula extendida.

En este sentido, el cambio pasa por revisar estos puentes: qué pasa con el conocimiento, con el modo de apropiarlo frente a las numerosas fuentes de información; cuáles son las preguntas que debiéramos formularnos respecto del conocimiento en el siglo XXI y su abordaje, tanto desde la didáctica como de su construcción desde el punto de vista del estudiante.

La idea de aprendizaje ubicuo lleva a pensarnos como sujetos conectados y aprendiendo en todo tiempo y lugar, pero la pregunta es qué se aprende, qué tipo de conocimiento y cómo se vincula con las disciplinas escolares.


¿Qué opinión tiene sobre la actual penetración del m-learning, video learning y la realidad aumentada en los procesos educativos?

Tengo una opinión encontrada. Sobre todo porque esta penetración tiene que ver en ocasiones con un mercado de títulos estrictamente comercial. Esto no quiere decir que esté en contra de introducir propuestas de este tipo, sino que hay que revisarlas, analizar su calidad en términos académicos y de aprovechamiento integral del entorno tecnológico, en el cual se inscriben las propuestas.

Por un lado, favorece que los adultos tengan oportunidad de formarse según sus ritmos y tiempos; por el otro, exigen mucho trabajo tutorial y tutores muy bien formados para poder garantizar que la propuesta sea de calidad.

¿Cuál es su postura en relación a la incorporación de redes sociales y aplicaciones como las propuestas por Google, como plataformas complementarias a los LMS y CLMS, en los procesos de educación a distancia en el marco del denominado extended e-learning?

Me encantan las propuestas que incorporan las redes sociales en la enseñanza. De hecho en la Cátedra Fundamentos de Tecnología Educativa de la Facultad de Filosofía y Letras, la profesora Mariana Maggio llevó a cabo este año una experiencia sumamente rica en la que los alumnos de la licenciatura en educación, de manera espontánea, continuaban las discusiones de los temas de clase en las redes sociales. Eso suma mucho, cuando se tiende un puente para el análisis respecto de uso de dichas redes.

¿Qué estrategias didácticas promueven el enriquecimiento cognitivo cuando se incluyen TIC en las aulas o en el trabajo fuera de las aulas?

Me gustan mucho los conceptos de mente ampliada y mente distribuida.

La mente ampliada se vincula con la idea de mind tools, es decir, pensar las tecnologías como herramientas de la mente que potencian el propio pensamiento. Cuando las tecnologías son espejos para revisar procesos cognitivos, la escritura, la argumentación, la resolución de un problema matemático; ayudan a pensar, enriquecen la cognición.

El concepto de mente distribuida señala que pensamos con objetos, sujetos y símbolos.

Las tecnologías como herramientas de la cultura, son creaciones humanas que nos recrean de manera dialéctica. El docente es una brújula para ello.

Las estrategias didácticas pueden ser múltiples: producir un corto; trabajar la argumentación en una red social; elaborar antologías de cuentos multimediales; experimentar una noción de ciencia con animaciones, son muchas las estrategias posibles que traspasan la porosidad de las paredes del aula.

El tema es tomarse tiempo para analizar estrategias o para diseñarlas, implica una toma de decisión profunda. Hay que darse ese tiempo.

¿Cuáles son los principales debates de la didáctica contemporánea que se deberían dar en el corto y mediano plazo, en relación con la enseñanza con nuevas tecnologías de la comunicación y la información? ¿Se están dando en la actualidad?

Hay debates que se están dando. Me parece que hay que contar también con resultados de investigación. ¿Qué sucede en las aulas con TIC? ¿Qué sucede con el modelo 1:1? Hay avances de investigación en ese campo. Al igual que con los temas que hace tiempo investiga Gavriel Salomon acerca del residuo cognitivo. Es decir, cuáles son las capacidades de pensamiento que se generan en el intercambio comprometido con TIC y que pueden ser transferidas.

En términos de la didáctica esto implica repensar el rol del docente en el aula; revisar contenidos y su entramado con las estrategias; cuándo y para qué conviene introducir tecnologías en las aulas; qué puentes pueden tenderse entre la escuela y el más allá de la escuela. Cómo expandir las aulas y tender puentes, entre otras cuestiones que sí se están dando como debate.

¿Qué innovaciones tecnológicas destaca cómo las de mayor impacto en los procesos formativos actuales? ¿Cuáles son las innovaciones tecnológicas que tendrán mayor trascendencia en los próximos años?

No soy futuróloga, pero hay tendencias para interpretar. Una es la de la convergencia (Buckingham); esta idea de entornos cada vez más integradores de funciones y herramientas diversas: de acceso a la información, de comunicación, de colaboración. Los entornos para la colaboración, con ejes didácticos claros: el aprendizaje basado en problemas; casos dilemáticos para la toma de decisiones; la experimentación y la abstracción, son según mi opinión puntas valiosas de alto impacto formativo así como las redes sociales, como espacios de intercambio entre colegas.

La idea de incorporar tecnologías disponibles como los celulares para actividades de realidad aumentada, tratamiento de la imagen audiovisual, entrevistas, es también formativa.

La formación tiene un eje claramente institucional, la gestión tiene un lugar clave en la decisión de cómo incorporar de manera potente las tecnologías en las escuelas y qué líneas formar a los docentes. Pero los docentes tienen voz y voto, deben ser escuchados ya que son quienes en el día a día enfrentan el desafío de incorporar tecnologías y recursos digitales, que no siempre les son familiares.

En los últimos tiempos, usted se ha interesado particularmente por los modelos de integración 1:1 ¿Nos podría comentar en qué consisten? ¿Con qué obstáculos se enfrentan y cómo poder superarlos?

El modelo 1:1 consiste en una computadora por niño, también una computadora para el docente. Es potente desde el punto de vista de la democratización en el acceso.

El desafío, como dijimos, es que además de acceso haya una apropiación genuina de la herramienta. Pero da la oportunidad de experimentar en el aula y fuera de ella. Integrar a las familias hacia esta migración a lo digital.

Por supuesto que resulta un esfuerzo, requiere de conectividad, condiciones óptimas en las escuelas para que se aproveche y resulte claramente enriquecedor. Requiere de apoyo de la comunidad educativa en general. No son proyectos fáciles, pero hay una decisión política clara y esto es fundamental en proyectos educativos.

Uruguay, Portugal y Perú, son algunos de los países que optaron por este modelo, en distintos contextos y realidades. Yo celebro la inclusión de tecnologías en el aula, especialmente con su portabilidad para que favorezcan procesos de aprendizaje ubicuo, de entenderla como una herramienta más y no única que ayuda en los aprendizajes y en los procesos del enseñar; que revisita el oficio de enseñar, que despierta la imaginación, la proyección y la concreción de propuestas de nuevo tipo.

¿Qué acciones están desplegando desde CITEP, en relación a los temas abordados durante la entrevista?

El CITEP es el Centro de Innovación en Tecnología y Pedagogía de la Universidad de Buenos Aires. Depende de la Subsecretaría de Innovación y Calidad Académica que depende de la Secretaría de Asuntos Académicos de la UBA. Fue creado en el año 2008 por iniciativa de la Dra. Edith Litwin.

Su propósito es fortalecer, enriquecer, potenciar las prácticas de enseñanza en la Universidad de Buenos Aires y en las Escuelas Medias que dependen de ella a través de la inclusión de tecnologías. Para ello, asesoramos y capacitamos a los docentes en temas de tecnologías y enseñanza; contamos con un campus virtual para el despliegue de propuestas virtuales que apoyan la enseñanza presencial y dictamos cursos sobre temas de tecnología y didáctica.

Por otro lado el CITEP tiene una línea de innovación en la producción de entornos y herramientas digitales. Creamos herramientas vinculadas con las necesidades que visualizamos y que entendemos pueden enriquecerse a través de la introducción de tecnologías.

Hemos diseñado -por ejemplo- un simulador USINA, para la toma de decisiones que vincula la formación con las prácticas profesionales, que enfrenta al alumno con la necesidad de tomar decisiones a partir de problemas de la práctica que exigen conocimientos de diverso tipo. El docente tiene que pensar un caso, tomar decisiones acerca de cómo se estructura el problema, en qué escenario, qué rol le asigna al alumno, cuántas alternativas presenta, qué material multimedial adicional le provee, etc. En este proceso de diseño de su propia simulación, va tomando él mismo decisiones acerca de la enseñanza.

Estamos diseñando una herramienta de resolución de problemas para temas de difícil comprensión; otra para el desarrollo de hipertextos y por último un laboratorio virtual de ciencias.... Hay mucho por hacer. Y tenemos un buen lugar para la innovación porque sabemos que la UBA apuesta a ello.

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