jueves, 28 de julio de 2011

Rienda suelta a la pasión

http://www.mariodehter.com/innovar/rienda-suelta-a-la-pasion_4955/

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Te propongo reflexionar sobre este dilema: ¿cuál de estos dos equipos logró hacer historia y ser muy innovador en el proceso?

El Equipo A

  • Presupuesto: U$S 2.000.000 ó 1.390.000€ en concepto de subvenciones (aportes de dinero sin reembolso).
  • Director del Proyecto: Un científico de renombre mundial y el Secretario del Instituto Smithsonian.
  • Miembros del equipo: Científicos del mejor nivel que el dinero conseguido pudo pagar.
  • Experiencia en la Materia: Años de experiencia desarrollando prototipos.
  • Conexiones con la industria: Muy bien comunicado.
  • Publicidad detrás del proyecto: Muchísima, sin precedentes.

El Equipo B

  • Presupuesto: U$S 24.000 o 16.700€ de su propio dinero duramente ganado.
  • Director del Proyecto: Ninguno.
  • Miembros del Equipo: Dos jóvenes entusiastas sin diploma de secundaria.
  • Experiencia en la Materia: Imprenta y bicicletas. Ninguna en la materia.
  • Conexiones con la industria: Totalmente desconocidos; gente del sector se preguntaban —”¿quiénes son estos tipos?”.
  • Publicidad detrás del proyecto: Lo dicho, —¿quiénes son estos tipos?

Por supuesto, el Equipo B es la respuesta correcta. El Equipo A, dirigido por el Dr. Samuel Langley, resultó ser literalmente: un gran fracaso. El equipo B no tenía verdadero líder, integrado por los hermanos Orville y Wilbur Wright… ya sabes: ellos fueron los pioneros en el desarrollo de máquinas para volar con motor y cambiaron el curso de la historia.

Entonces, ¿cómo es que estos dos tipos “de la nada”, con un pequeño presupuesto le ganaron a un equipo de científicos de alto nivel, muy bien financiado, respaldados por el gobierno para convertirse en el primer equipo en conseguir el vuelo a motor?

Sobre todo: porque tenían pasión por lo que estaban haciendo. Aún cuando ellos comprendieron que el equipo de Langley era más poderoso, se comprometieron con pasión para emprender la “idea” de volar impulsados por un motor. Ellos sabían que su límite no era lo que ellos no tenían por delante (un gran equipo de científicos con enorme presupuesto) para ganar el juego.

Langley y sus científicos estaban contratados por el gobierno a quien no le urgía un éxito rápido y rotundo. No es gran cosa gestionar un sistema con un input de ilimitado de recursos; si algo fallaba, ellos sabían que “El Patrón” iba a encontrar otra subvención del gobierno para mantenerlos en movimiento.

En cambio, esta no era la situación de los hermanos Wright, quienes pusieron en juego los ahorros de su vida y su propia reputación personal. Estaban tomando riesgos personales que sólo podía ser contrarrestada por la apasionada creencia en lo que estaban haciendo. Los Wright sintieron el impulso para hacer cosas que eran diferentes y difíciles, no para cumplir con los objetivos de una beca o un contrato. Fue esta pasión, este deseo de cumplir un reto, lo que permitió a los hermanos Wright crear el primer “túnel de viento” del mundo para analizar la aerodinámica de objetos voladores, desarrollar alas innovadoras, diseñar la hélice adecuada y un sistema de control que hicieron posibles el vuelo a motor.

A veces es muy tentador pensar que —”si tuviéramos un presupuesto grande para I+D, seríamos más innovadores”, o —”si tuviéramos más dinero y equipos seríamos capaces de producir innovaciones geniales”, o que —”simplemente no tenemos ni el equipo adecuado, ni el dinero suficiente, ni la experiencia necesaria para ser innovadores”.

Los hermanos Wright demostraron que no es necesario ninguna de estas cosas para ser innovadores. Al menos, no resultan ser «necesariamente necesarios».

Se necesitan personas que sientan pasión por lo que están haciendo. Personas que estén dispuestos a aguantar malos momentos y tomar riesgos razonablemente calculados. Vamos, si dos chicos que no terminaron la escuela secundaria pudieron cambiar el mundo, un equipo de personas apasionadas en su empresa u organización que sin duda pueden llegar a ideas innovadoras capaces de cambiar su industria.

¡Dale una oportunidad a tus ideas!

¿Quieres más pruebas de una historia de éxito más actual? Stephen Wozniak, cofundador de Apple, dice sobre su trabajo con su socio Steve Jobs: —”Todas las mejores cosas que logramos hacer en Apple provino de dos facores: a) no tener dinero, y b) nunca nadie lo había intentado hacer antes que nosotros” La verdad es que es probable que ya tienen los recursos adecuados y la gente que necesita.

Sólo tienes que encontrar la manera de dejar “rienda suelta” a tu potencial creativo, busca ayuda entre personas que te inspiren confianza y que comprendan y se contagien de tu pasión

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